COMPOSICION ESCRITA - EXAMEN FINAL - JULIAN DAVID ARIZA RODRIGUEZ

 ARIZA RODRIGUEZ

Historia de familias del comun, colombianas. 

Ariza Rodríguez, son los dos apellidos de mi familia, que se engendró en la

ciudad de Bogotá; más exactamente a los mediados de la década de los 90’s.

Donde se llevó a cabo la apertura, de la unión entre Mauricio Ariza y Jaqueline

Rodríguez. Ellos dos, una pareja que llego a Bogotá buscando unas mejores

oportunidades, puesto que, en su ciudad o pueblo natal, estas dichas

oportunidades y búsqueda de sus sueños, se hacían lejanas. En esa búsqueda de

sus ilusiones y búsqueda de los sueños, se encontraron en el camino, y su

encuentro lo interpretaron y vieron, en forma del amor. Pero más allá del amor,

como una nueva oportunidad que les brindaba la vida para cumplir sus sueños de

la mano, durante muchos años. Amor que se vio reflejado en el nacimiento de sus

dos hijos varones (entre ellos estoy yo).

Primero nació un niño de cabello muy rubio y crespo, de piel blanca, labios rojos y

de perfecta textura y dos hermosos luceros azules y verdes, justo a los dos lados

de su nariz. Su nombre, fue Camilo, cuentan que este nombre se designó de esta

manera por el gusto sonoro que generaba dicha palabra al pronunciarse, y

además por el infinito gusto de mi padre por la maravillosa y tan especial música

de Camilo Sesto.

Por otro lado, cinco años después del nacimiento de Camilo, nací yo, el año 2002

en el mes de abril. Mis rasgos físicos, provienen de mis dos abuelos. Por un lado,

mi nariz larga de corte “aguileño”, es proveniente de mi abuelo materno, que tenía

la misma nariz. Por otro lado, mis dos orejas de cartílago grande, las herede de mi

abuelo paterno. Mis manos venosas son las mismas de abuelo y de mi Papa. Sin

embargo, mi pelo liso y suave, es similar al que tenía el papá de mi mamá,

además de mi larga estatura. Mis labios redondos, carnosos y de buena

contextura, creo que es lo único que no herede de mis antepasados.

Mis nombres son, Julián y David. Mis apellidos, son provenientes de zonas

lejanas de mi punto de origen. Puesto que mi primer apellido es Ariza. Este es un

apellido proveniente del departamento de Santander, más específicamente en el

sector de Puente Nacional. Por otro lado, mi segundo apellido es Rodríguez, y en

mi familia este apellido, es proveniente del departamento de Boyacá. Puesto que,

mi verdadero origen; es de migrantes.

Debo resaltar, que Mauricio y Jaqueline, son de personalidades muy distintas. Por

un lado, Jaqueline, suele ser modesta, apresurada, en muchas ocasiones

estresada, sensible y no muy buena amante de la música y el arte en general;

siendo más preocupada por el trabajo y el bien de todas sus personas cercanas.

Mauricio, suele ser descomplicado, afectivo, alegre, sin estretes, se podría decir

que es melómano, porque dice que no sabe qué haría su música que lo

acompaña a cada rincón, que recorre a diario.

Desde el momento que se estableció el vínculo familiar, esta familia tradicional

colombiana, que ha estado en diferentes partes de su ciudad de desarrollo, que

ha trabajado honradamente en diferentes trabajos para, llevar el sustento y

beneficios al hogar. Trabajando a lo largo de los años, como empleados llenos de

esperanzas y objetivo, objetivos que a lo largo de los años se van convirtiendo en

realidad, al ver a sus hijos con profesiones y además sabiéndose desenvolver en

diferentes artes y oficios en la vida. Conociendo los lugares de sus sueños,

países, ciudades, cultura y aventuras nuevas de la vida. Logrando uno de sus

grandes metas, como ser independientes y emprender en el “negocio” de sus

sueños.

Pagando una casa, durante muchos años; a pesar de ser una casa común y

corriente, refleja el sacrificio, esfuerzo, valor, amor, honestidad, disciplina y

demostrando la unión y sacrificio de muchos años. Camino por el cual han pasado

numerosas familias de nuestro amado país que, en muchos casos, se han

quedado en el camino de los sueños, en busca de la felicidad, que estoy

convencido que, si se puede llegar a encontrar, buscando nuestra profunda

conexión y función con el mundo, sin olvidar el poder infinito que puede llegar a

generar el amor en cada uno de nosotros.